Cuentan las crónicas que en 1614, Isabel de Saavedra, hija natural de D. Miguel de Cervantes y Saavedra, escondió en Alcalá de Henares, con ayuda de su padre, un fabuloso tesoro de origen desconocido (algunos cronistas aventuran que quizá descubrió uno de los tesoros escondidos en el Monte Zulema por los primeros pobladores de la ciudad) para protegerlo de sus litigios con Juan de Urbina. Dejaron a lo largo de la ciudad numerosas pistas y señales, para que alguien designado por ella, pudiese localizarlo con posterioridad.
¿Te gustaría intentar encontrarlo?
Sigue los pasos de Cervantes y su hija y resuelve los enigmas que fueron dejando por toda la ciudad.